martes, 26 de julio de 2011

OBRAS




"9:50, 9:53, 9:56"


Esta obra se expuso por primera vez en el Espacio de Arte AMIA, durante el Ciclo 18 J, en el marco del 16º Aniversario del atentado a la AMIA.

Instalación escultórica en cemento. 
13 x 14 mts.
año 2010


Texto Curatorial. Elio Kapszuk.



Generalmente se denominan obras testimoniales a aquellos trabajos que surgen de una experiencia particular y que son expresadas por quien, de una u otra forma, tuvo contacto directo con lo sucedido. Su valor principal radica en la necesidad de documentar una vivencia personal que colaborará con la construcción de una memoria colectiva.
Cuando se eligen caminos artísticos, nos encontramos frente a un dilema donde unos se podría preguntar si sería adecuado evaluar estas producciones en tanto una obra artística. Creo que sería un error confundir y creer que un dolor profundo en el corazón y la necesidad de expresar ese sentimiento o una idea particular al respecto, pueda por sí solo convertirse en una producción artística. Los testimonios de los sobrevivientes de muchas de las tragedias que ha vivido la humanidad, son indispensables. Hay que profundizar los esfuerzos para que se puedan seguir haciendo y compartiendo para que los demás podamos saber de primera mano aquello que vivieron. Sin embargo, notados estos testimonios pueden tener un valor literario, lo mismo sería aplicable a todas las disciplinas artísticas.
 En todos estos años que venimos trabajando en la recordación de lo sucedido el 18 de julio de 1994 en la Argentina desde la perspectiva arte y memoria, me sucedió encontrarme  con propuestas que trabajaban el atentado a la AMIA, con un fuerte compromiso de quienes las hacían, pero que no lograban en algunos casos articularse como una propuesta singular.
Quizás toda esta introducción  es para decir que lo que me impactó de mi encuentro con Agustina fue su obra. Agustina Galarraga es una artista que pariendo de una dolorosa historia familiar pudo construir una idea esencial y llevarla a cabo a través de una instalación.
Esta obra congela tres momentos consecutivos de aquel fatídico día. Minutos antes, la explosión y minutos después. Esta secuencia plantea lo inconmensurable que puede ser un instante, y cómo la tragedia rompe el orden natural del tiempo.
Hay un tiempo que se detiene, que se transforma en un abismo incronometrable, separando para siempre el antes y el después.
Casi con una mirada fotográfica, paraliza el tiempo, y a un ritmo en cámara lenta en tres movimientos, la artista nos muestra una escena desgarradora, impactante con elementos simples, movimientos mínimos y sutiles, y sin apelar a los golpes bajos.
Agustina Galarraga realizó 85 bloques en cemento, utilizando un criterio personal y dividiendo a las víctimas por edades. Así construyó una especie de alfabeto, un mundo de individualidades donde está muy presente la diversidad y la unicidad de cada uno. Al principio iban a representar ladrillos de una pared pero los transformó esencialmente en una representación humana. Son esas pequeñas formas que en la primera instancia se encuentran apacibles, en la segunda vuelan quietas  en el aire  para estrellarse en la tercera, y última etapa.
Estos objetos que construyo también pueden remitirnos a los tipos y tacos que se usaban hace mucho tiempo en las imprentas. Quizás es mera casualidad o conjetura, quizás, es solamente una excusa para contar algunos datos de la historia que unen a la artista con el atentado a la AMIA. Por supuesto que esto no le da mas valor a la obra, pero me parece que la contextualiza y sobre todo no encuentro motivos para no referirme a ella.
Frente a la AMIA funcionaba la imprenta Chiesa – Galarraga, propiedad de Guillermo Galarraga y Humberto Chiesa. En el momento del atentado, en el negocio habia cinco personas: Guillermo, Humberto, Adriana Mena, Fabio Bermúdez y Raúl Sánchez. Un segundo antes, Guillermo y Humberto estaban sentados hablando, solo los separaba un escritorio. Adriana, que era la secretaria, seguramente escuchaba con atención, los dos operarios atendían sus obligaciones. Inexplicablemente, la bomba produjo la suspensión del tiempo y un cráter interminable. Fue un segundo, donde la onda expansiva  tiró a Humberto, a Raúl y a Adriana contra el fondo, y a  Guillermo y a Fabio hacia fuera. Ese segundo detuvo el tiempo para siempre de Guillermo y Fabio y dejó marcas sin tiempo a quienes les tocó sobrevivir. ¿Cómo un segundo puede ser tan determinante en la vida de una persona, de una familia y de una ciudad? Los familiares y amigos de los que fueron masacrados en ese lugar, también se quedaron sin tiempo para compartir con quienes querían, y tuvieron que aprender a vivir un nuevo tiempo. El tío de Agustina murió en el atentado y hoy la artista transformo su tiempo  en una imagen poderosa que seguramente nos seguirá ayudando a transitar  el tiempo de la memoria, la recordación y la exigencia de justicia.

 

 










Exposiciones

Exposiciones individuales:
2011:
“9:50, 9:53, 9:56”, Una muestra por la memoria. Julio de 2011, en el Club Náutico Hacoaj.
Arbol de la vida. Encargo de obra y exposición permanente. Comunidad Judía Bet Hilel

En Julio de 2010, participó del Ciclo 18J., Homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA. 16 Aniversario, en el Espacio de Arte AMIA.
Esta importante muestra, curada por Elio Kapszuk, (Director y Curador del Esp. De Arte AMIA, y Coordinador de Programación y Curaduría del Centro Cultural Recoleta), se llamó “9:50, 9:53, 9:56”, y nos hace reflexionar sobre el tiempo.
Esta obra se volvió a exponer en

Exposiciones Internacionales:
En 2009, participó del Salón de Arte con Derechos. México D. F,
En 2008, Salón de Arte con Derechos, junto al grupo de Artistas Trascenderes del Perú, en Lima.

Exposiciones colectivas (selección)
En 2011 Selección y exposición en pintura y Site Specific, Premio Prilidiano Pueyrredón. Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti

2010 Participa en la Feria UNIART, Centro Cultural Borges / Colectiva “Ausencias”. Centro Cultural Paco Urondo.

2009 Premio Prilidiano Pueyrredón, .C. C. Recoleta / Ciclo Gallery Night. Instalación. Galería de Carlos Regazzoni

Formación

Agustina Galarraga nació en 1982 en Ushuaia, Tierra del Fuego. Vive y trabaja en Buenos Aires. Es Artista Plástica y Licenciada en Artes Visuales, graduada en el Instituto Universitario Nacional del Arte (I.U.N.A.) Desde el 2009 ejerce la docencia en Dibujo, Pintura y Escultura en diferentes niveles de instituciones privadas, y coordina talleres de artes en forma voluntaria en hogares para niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad, además de capacitar voluntarios.
Asistió a los talleres de Jorge Alvaro y Claudio Barragán. Fue alumna de Oscar de Bueno, Enrique Valderrey, y Mariana Schapiro, entre otros.

En 2009 y 2010, obtuvo becas del IUNA para la producción artística.
En 2008, Mensión Especial 98º Concurso de Bocetos Escultóricos del Museo Luis Perlotti.

miércoles, 18 de agosto de 2010